Escrito por Wilma E. Reverón Collazo | Copresidenta del MINH
Si uno se pone las tenis de Ismael Guadalupe, caminará muchas millas de lucha. Irá a las áreas de tiro para hacer desobediencia civil para detener la destrucción que ocasionaban las prácticas militares de la Marina de Estados Unidos en las hermosas, y hasta la llegada de ellos, prístinas playas de Vieques: Red Beach, Blue Beach, Green Beach, Playa Carrucho y otras.
Encontrará bombas sin explotar, destrucción de arrecifes de corales, tanques de guerra y camiones abandonados en las playas o enterrados dentro de las arenas de las playas.
Caminará detrás de cientos de ataúdes para llevar al campo santo a familiares, amigos y vecinos víctimas del cáncer. Entre esos ataúdes estará el de la pequeña Milivi.
Participará de protestas en todas sus formas y manifestaciones, marchas, piquetes, desobediencia civil. Enfrentará abusos policiacos y de militares, enfrentará la cárcel. Llorará la muerte de compañeros de lucha como la de Ángel Rodríguez Cristóbal.
Celebrará la salida de la Marina aquel 1 de mayo de 2003, cuando los viequenses pensaban que iban a poder recuperar dos terceras partes de su Isla Nena, hasta entonces terrenos de la Marina, para el uso, disfrute y beneficio de la población viequense. Soñará con un Vieques sin bombas, con playas y terrenos limpios de chatarra de la guerra, con el desarrollo económico sostenible que brindará trabajo a los viequenses. Con servicios de salud que permitan a las mujeres dar a luz en su amado Vieques y que permita a los pacientes de cáncer y de enfermedades renales recibir los servicios de quimioterapia y diálisis en facilidades de salud en la Isla de Vieques.
Confrontará la triste realidad de que la isla tomará décadas y millones de dólares para limpiar el daño a las tierras, arrecifes y cuerpos de agua y que por lo tanto estará restringida la entrada a miles de hectáreas de terrenos.
Seguirá luchando, marchando, piqueteando, haciendo desobediencia civil para detener las detonaciones en cielo abierto de las bombas dejadas sin detonar.
Activará la voz de alarma ante las decisiones de mudar el terminal de las lanchas de Fajardo a Ceiba sin consultar a los viequenses y culebrenses, de forma improvisada y atropellada, sin tener en consideración dónde durante décadas los viequenses reciben sus servicios de salud, legales, educativos, dónde trabajan.
Rabiarás ante el continuo atropello de tus familiares, amigos y vecinos, mientras tú mismo tienes que viajar a hacerte diálisis y sufrir los malestares que la misma causa y el servicio de las lanchas es cada vez peor, más ineficiente, añadiéndole un grado de sufrimiento innecesariamente mayor al tratamiento.
Compadecerás y sufrirás con tus familiares, amigos y vecinos que están en tratamiento de quimioterapia y dependen de las lanchas para su traslado con un servicio que los condena a padecer los malestares físicos del tratamiento sentados por horas en un lugar inhóspito, caluroso, con baños malolientes.
En esos zapatos es que debemos ponernos todos y todas, en las tenis de Ismael, que contienen todo el sufrimiento del pueblo de Vieques. Implica empatía, señora Mara Pérez Torres. Busque su significado en el diccionario.
(Texto tomado de El Nuevo Día)
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